Estaba Sherlock un día cualquiera mirando por la ventana cuando vio un hombre que estaba diciendo:
-Sí, te lo daré.
Entonces el recordó que le tenía que llevar a Watson su brújula. Fue corriendo por las escaleras cuando cayó y se hizo daño en el pie.
Cuando Watson llegó, vio bien lo que le ocurría y decidió llevarle a algún médico. cuando llegaron y lo ingresaron Sherlock le dijo :
-¿Ves?, mira mi pie, ya estoy demasiado viejo.
-Compañero no te quejes más, sé que estas débil pero puedes seguir adelante- dijo Watson.
Al día siguiente, cuando ya le habían dado el alta, Sherlock se mejoró y les dijo a sus clientes que ya podían acudir.
-Ese cliente es para ti-dijo Watson muy contento.
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