Érase una vez una niña llamada Lu; un día de clase, la profesora de Lu enseñaba a su clase qué era un árbol genealógico, cuando ella lo comprendió, no sabía qué poner porque ella era adoptada y no sabía cuál de sus dos familias iba a poner.
En su casa, con ayuda de sus padres, pensó en poner los nombres de sus dos familias, que sus padres de antes eran de China y también sus abuelos.
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