Los tres cerditos han recibido una carta de su tía Rosario, que les envía tres cheques de mucho dinero para que se hagan una casa en condiciones, aunque el inspector lobo no se lo pondrá fácil. Cada uno por su cuenta hizo sus planes sobre cómo gestionar su dinero. El pequeño se fue de viaje y tras muchos meses volvió para hacerse su casa, sin dinero apenas la hizo con tablones y chapas, sin agua, sin luz y sin comodidades. El cerdito mediano quiso ahorrarse el dinero haciendo sus propios planos para construir su casa pero lo que no se había dado cuenta que sin cimientos la casa no quedaría bien por lo que al final gastó mas de lo que quería. El inspector lobo fue a inspeccionar la casa del cerdito pequeño y tras examinarla de que no cumplía, el lobo lo quiso sobornar, el cerdito pequeño no quiso y el lobo le derribó la casa. El cerdito pequeño salio corriendo a la casa del cerdito mediano y cuando llegó el lobo la inspeccionó también, tampoco tenia permiso ni facturas por lo que el lobo la derribó también y los dos cerditos salieron corriendo a la casa del cerdito mayor. Cuando llegaron se quedaron impresionados de la casa, que tenía baño, tres dormitorios, salón, cocina, luz, agua caliente, pero el lobo llegó e inspeccionarla tenía que hacerlo, le presentaron los planos de la casa, la facturas y todo lo tenía en regla, pero el lobo quería echarlos y llamaron a la policía que por fin lo detuvieron y todos quedaron contentos. A los pocos días llegó la tía Rosario que, tras ver la genial idea de compartir la casa para los tres hermanos, les volvió a dar otros tres cheques para que se lo gastasen en lo que quisieran y todos juntos se fueron de viaje.
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